Gonzalo Jiménez
Junio 5 de 2020
“Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el Señor me sostiene.” Salmo 3:5 NVI
Sabias que los Delfines no
‘desactivan’ el cerebro por completo mientras descansan, ni los músculos, ni
los sentidos, ni la visión, ni el olfato. El latido de su corazón es
automático, pero controlan su respiración conscientemente. Los Delfines pasan
la mayor parte de su tiempo bajo agua y no tiene sentido respirar hasta que
haya aire. Pero eso significa que no pueden dormir, porque entonces se
ahogarían.
La solución es ingeniosa: una mitad
del cerebro duerme, mientras la otra mitad se encarga de la respiración y otras
cosas. Es posible ver un Delfín con un solo ojo abierto, pues la parte del
cerebro que controla el otro ojo está durmiendo.
Parece que muchos están sufriendo el
síndrome del Delfín, no descansan su cerebro, ni sus sentidos, duermen con un
ojo abierto, realmente padecen insomnio y no logran conciliar el sueño.
El sueño es una necesidad básica del
organismo y su satisfacción nos permite la supervivencia. Cuando nos privamos
del sueño temporalmente en el organismo se produce en respuesta, un aumento de
la fase que se anulo y la necesidad de sueño en los días posteriores será
mayor.
Una de las funciones más importantes
del sueño es su apoyo en la regulación de la temperatura corporal, funciona
como un termostato que mantiene la temperatura que el organismo necesita en
cada momento en función de las actividades que se llevan a cabo en él para
facilitar procesos metabólicos, hormonales, etc. Sin este importante
termostato, el organismo moriría.
A medida que aumenta la supresión de
sueño, vemos como se produce un claro deterioro en el funcionamiento diurno;
disminución del rendimiento intelectual, de la concentración, de la memoria, de
la capacidad de razonamiento lógico. Disminuyen los reflejos, lo que favorece
el riesgo de accidentes de tráfico, domésticos y laborales. Aumenta la
probabilidad de desarrollar trastornos psiquiátricos, se producen alteraciones
en el estado de ánimo y aumenta la ansiedad e irritabilidad, además puede
precipitar la aparición de alucinaciones, alteraciones neurológicas y
epilepsia, sin contar que pueden precipitar enfermedades físicas como diabetes,
o hipertensión lo que disminuye la calidad de vida.
Las necesidades básicas de sueño para
mantener las funciones y supervivencia del organismo se sitúan en promedio entre
4 o 5 horas de sueño cada 24 horas.
Una de las razones para no dormir o
dormir mal, son los pensamientos que parece que no paran de llegar cuando nos
disponemos a dormir. La Palabra de Dios dice: “llevando cautivo todo
pensamiento (noema) a la obediencia a Cristo,” 2 Corintios 10:5 RV60.
Esta palabra Pensamientos (Noema) la
biblia la menciona en 4 contextos:
1.
La
Falta de Perdón: Las maquinaciones (Noema - manipulación) de Satanás a causa de
la falta de perdón.
2.
La
Ceguera Espiritual: Salvación - Satanás a cegado el entendimiento (Noema) en
los incrédulos.
3.
El
Engaño: (Mente - Sentidos) recuerda que cuando Satanás engañó (Noema) a Eva, no
tenía pecado.
4.
La
Ansiedad: producida por el doble ánimo, los muchos afanes, y las preocupaciones
(Noema)
Este tema será ampliado en el post
llamado Pensamientos Inesperados
Cualquier situación sin resolver de las antes mencionadas puede desencadenar en largos episodios de insomnio o en ataques espirituales por la noche (Job 4:12-16).
Muchos experimentan una intensa sensación de miedo y la incapacidad para hablar o moverse. Puede sentirse como una opresión sobre el pecho o como algo agarrándonos la garganta. Podemos resolver fácilmente este tipo de ataques espirituales “Sometiéndonos a Dios. Resistiendo al diablo y este huirá.” Santiago 4:7 NVI. Podemos siempre invocar el nombre del Señor en silencio en nuestro interior, porque Dios conoce los pensamientos y las intenciones de nuestro corazón (Hebreos 4:12). En cuanto reconocemos a Dios, Él nos capacita para resistir al diablo.
Todo lo que tenemos que decir es,
"Jesús" y el espíritu maligno huirá, pero tenemos que expresarlo
verbalmente.
Tratar de responder físicamente no
funcionaría, porque no militamos según la carne. 2 Corintios 10:3-4. Las
batallas espirituales tienen que ganarse espiritualmente.
ORACIÓN NOCTURNA
Gracias, Señor, porque me has
incorporado a tu familia y me has dado toda bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo Jesús. Gracias por renovarme y darme descanso mediante el
sueño. Lo acepto como una bendición que das a tus hijos, y confío en que
protegerás mi mente y mi cuerpo mientras duermo.
Así como he meditado en ti y en tu
verdad durante el día, pido que esos pensamientos continúen en mi mente
mientras duermo. Me encomiendo a ti para recibir tu protección contra todo
ataque de Sa tanás y sus demonios durante el sueño. Protege mi mente de pesadillas.
Rechazo todo temor y deposito toda ansiedad sobre ti, Señor. Me entrego a ti
como mi roca, mi refugio y mi torre fuerte. Que tu paz esté sobre este lugar de
descanso. En el poderoso nombre del Señor Jesucristo. Amén.
¡Confía en Dios! “jamás duerme el que te cuida. Jamás duerme ni se adormece el que cuida de Israel.” Salmo 121:3-4 NVI
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